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HOMBRE LOBO

HOMBRE LOBO

La palabra Hombre Lobo se significa: La palabra licántropo viene del latín lycanthropus y este a su vez del < griego λύκος, lýkos (lobo) άνθρωπος, ánthrōpos (hombre); o lobizón que viene del portugués lobisomem (lobo + homem), (hombre-lobo).

El hombre lobo, también conocido como licántropo, es una criatura legendaria presente en muchas culturas independientes a lo largo del mundo. Se ha dicho que este es el más universal de todos los mitos (probablemente junto con el del vampiro).

Según la tradición, la mayoría de los hombres lobo no se transforman en tales voluntariamente (sólo los magos y los hombres lobos auténticos, es decir, no malditos, pueden hacerlo); son víctimas de una maldición, y sufren enormemente a la hora de su metamorfosis. Lo que es peor, al transformarse pierden completamente la conciencia humana y se vuelven peligrosos, incluso para sus seres queridos. La única manera de librar a un hombre lobo de su maldición es dándole muerte, lo cual no es nada fácil; debe hacerse con un instrumento de plata, ya sea un bastón, un cuchillo o una bala.

Un hombre lobo es un hombre completamente normal la mayor parte del tiempo, y se comporta de manera natural, aunque un poco velludo, y con los sentidos más desarrollados (especialmente el olfato), además de estar en buen estado de salud y forma física.

No es sino durante la noche de Luna Llena cuando se transforma, pues la luz de este astro es la que controla sus transformaciones. Aunque varía según las versiones, el aspecto de un Hombre Lobo transformado puede ir desde un Lobo auténtico aunque más grande de lo normal, hasta un humanoide peludo y con colmillos que va en busca de carne humana.

Y aún hoy, mucha gente cree en la existencia de los hombres lobo o de otras clases de “hombres bestia”. Realmente no hay que confundir los términos: licántropo es aquel hombre que, debido a algún trastorno psicológico, cree haber asumido el aspecto, voz y comportamiento de un lobo, a pesar de que realmente no haya sufrido ninguna transformación física; lo cual lo lleva a actuar de acuerdo a ello, entiéndase matando y cometiendo actos de canibalismo. Por su parte, el hombre lobo es tradicionalmente un hombre que, por efectos de magia o por propensión natural, posee la habilidad de transformar su aspecto en el de un lobo.

Todas las características típicas de aquel animal como son la ferocidad, la fuerza, la astucia y la rapidez, son en ellos claramente manifiestas, para desgracia de todos aquellos que se cruzan en su camino. Puede permanecer con su aspecto animal únicamente por espacio de unas cuantas horas, o bien permanentemente.

En el folclore y la mitología, un hombre lobo es una persona que se transforma en lobo, ya sea a propósito o involuntariamente, a causa de una maldición o de otro agente exterior. El cronista medieval Gervase de Tilbury asoció la transformación con la aparición de la luna llena, pero este concepto fue raramente asociado con el hombre lobo hasta que la idea fue tomada por los escritores de ficción moderna. La mayoría de las referencias modernas están de acuerdo en que un hombre lobo puede ser asesinado si se le dispara una bala de plata, aunque esto es producto de la narrativa moderna y no aparece en las leyendas tradicionales. Como dato adicional, en versiones modernas, se agregó la idea que ha existido una fuerte rivalidad entre vampiros y hombres lobo, debido a que pertenecen a una misma raza de criaturas. Los licántropos, al haber renunciado a los poderes vampíricos para obtener una forma física superior, se ganaron el rencor de sus parientes.

Nadie sabe con exactitud cuándo se originaron las leyendas sobre hombres lobo. Puede que se trate de una superstición tan antigua como la humanidad misma, originada como explicación de diversas patologías. Así parecen indicarlo algunos casos datados, como, en España, el de Manuel Blanco Romasanta, en cuya vida se basan las películas El bosque del lobo, y Romasanta. La caza de la bestia (2004).

Como diferenciar a un hombre lobo de otro

A diferencia de los auténticos hombres lobo, las víctimas de la licantropía tienen únicamente dos aspectos: el humano y el animal o el humano y el de bestia humana. Cuando no se encuentra bajo la apariencia de un ser humano, la víctima de licantropía posee la mente de un animal; no sabe lo que hace y tampoco puede controlar sus acciones. Sin embargo, los hombres lobos auténticos, también llamados purasangres, saben lo que hacen y controlan sus transformaciones. Se cree que los brujos y chamanes pueden crear un vínculo muy cercano con sus animales, lo que les da una serie de ventajas respecto a los hombres lobo malditos que ellos saben aprovechar. El brujo deja su forma humana por un tiempo determinado, para adquirir la de un animal elegido. Existen varias versiones de cómo se logra esta metamorfosis:

Se dice que se «fragmenta», para lo cual se desprende, de modo deliberado, de parte de su cuerpo (los ojos, las piernas, un brazo o, incluso, los intestinos), de este modo si se quiere acabar con un Nahual, el mejor método es seguirle y observar donde realiza su transformación, robarle la parte del cuerpo de la que se desprendió ya que de este modo le será imposible volver a su forma original y al amanecer morirá.

Otra más afirma que el cuerpo dormido del brujo permanece en su casa, mientras su espíritu vaga en la figura de animal. En este caso, para evitar que alguien toque su cuerpo dormido, el Nahual debe dar siete volteretas.

Las tradiciones de hombres lobos han existido en todo el mundo desde épocas prehistóricas. El que los brujos puedan transformarse en animales es uno de los secretos más peligrosos de su magia. Para volver a la normalidad, bastaba que comieran los brotes del zarzal o el rosal, que besasen el atrio de un santuario, que recibiesen tres cuchilladas en la frente o que perdieran tres gotas de sangre. Estos licántropos adquirían habilidades ocultas al transformarse, tales como una acelerada regeneración o el control de otros animales (caballos, liebres, etc.), entre otros.

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